Algunos hombres tan sólo padecen la época que les toca vivir; otros, la comprenden; unos pocos, la ayudan a configurar. Freire es precisamente un protagonista, un constructor de época; una característica particular que hace aún más enriquecedor recordarlo.
Jairo Anibal Niño en uno de sus deliciosos cuentos narra cómo un alumno de grado 11 tenía completamente deslumbrada a su .profesora de filosofía por su admiración permanente por Sócrates. Un día, la profesora quiso conocer el origen de tal interés y se llevó una enorme sorpresa cuando su alumno le dijo que realmente no se refería a Sócrates, el filósofo griego, sino a Sócrates, el centro delantero de la selección de fútbol del Brasil.
Quiero empezar haciendo mío lo que dijo Antonio Caballero cuando en alguna ocasión recibió un Reconocimiento. No voy a decir lo que dice todo el mundo: que no me lo merezco. Claro que me lo merezco. Y agregaría algo más: prohibiría dar reconocimientos póstumos. Hay que hacerlos en vida. Después de muerto, por lo menos para el muerto ya no se vale
Algunos hombres tan sólo padecen la época que les toca vivir; otros la comprenden; unos pocos, la ayudan a configurar. Freire es precisamente un protagonista, un constructor de época.